viernes, 22 de octubre de 2010

¿Aguantar... o Aguantarme?

Hubo un tiempo en el que el amor era aquello que yo había elegido, y no lo que yo había sentido. Cuando aquel pactado amor se descubrió; o mejor dicho, bastante tiempo después de cuando aquel pactado amor se descubrió, comprendí que yo no quería eso. 

Lo cierto es que las primeras veces amas porque alguien te sonríe una noche que tu necesitas una sonrisa... o porque alguien te da un abrazo cuando necesitas un abrazo... y conoces a esa persona con el paso de muchas sonrisas y muchos abrazos... y aunque no sea esa la persona que te invade el alma, al menos si que puedes sentir algo... algo vivo dentro de tu corazón. E idealizas, y... caes en el amor pactado. A veces pasas años amando asi... y te da igual porque esa cosa que está viva en tu corazón sigue retorciéndose. Y con el tiempo acabas comprendiendo que eso no es amor, o al menos amor del bueno...

Pero un día, si el viento sopla del norte, tus pulmones encuentran dulce la salitre y consigues observar las estrellas a través del techo... logras conocer a esa persona... la que quiere regalarte todas sus sonrisas; la que quiere darte todos los abrazos que necesitas, y no los que le sobran; esa que te hace comprender en qué te has equivocado... y dar gracias por haberte equivocado para poder estar en ese instante. Ese instante en el que tu corazón no se retuerce, yace tranquilo y apaciguado... y logra decirte una verdad universal, de esas que no existen.

Lo peor de todo es sentir que no aguantas un segundo... un segundo de incertidumbre. 

Lo peor es ver que para conseguir el fuego has de quemarte. Lo peor es necesitar, por culpa de las circunstancias, algo que no es de nadie... y que nunca lo será. Lo peor es sentirse insultado por una palabra bella. Lo peor es que tu fe esté asegurada por un contrato. Lo peor es no saber arriesgarse por una incertidumbre que existe, te arriesgues o no. Lo peor es no creer en nosotros mismos... y lo peor es que aun creyendo en nosotros mismos, no crean los demás.

Días como hoy, no se si lo que no soporto es no aguantar... o que no me aguanten. 

3 comentarios:

  1. Días como hoy...te diría no dejes de escribir :)
    Por que lo peor no es el sí o el no...lo peor es lo que dices tu vivir en una incertidumbre...y que los demas no crean en nosotros...o al menos las personas que tenemos más cerca.
    Chili ( así ya sabes quien soy ) no dejes de escribir...por que a personas como a mi nos sienta bien saber q en este caos de mundo...aun hay gente que piensa, siente y ha vivido situaciones parecidas...al menos es un consuelo no sentirse sola.

    Por que los detalles pequeños...hacen grandes a las personas !!!

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  2. y reconocer los fallos y dar oportunidades...hacen a las personas sabías :)
    ( me despiste de esto jiji ) Muaaa

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  3. ¿Aguantar?
    Aguantar no ennoblece el corazón, es tan sólo la inútil capacidad de quedar inmóvil. Aquellos que fueron asediados por las tropas republicanas en el Alcazar de Toledo, aquellos no aguantaban inútilmente, aquellos RESISTÍAN. Aguantar nunca es una postura en la vida, es tán solo una impostura con la negligente consecuencia de automutilar las alas de nuestra voluntad. Aguantar es negarse la libertad, y con ello condenarse a vivir como un mueble del qué aún desconfiamos tal capacidad ¿Aguantará?. Aguantar es tomar una impostura ante un sinsentido, pero creer aún así que debemos hacerlo, que debemos aguantar. Esto no es sólo la confirmación de que el hombre es idiota, es más: es las confirmación de que el género humano se autoengaña. Sólo existe una cosa que nos paraliza en este mundo, a saber, el miedo. Cuando consideramos nuestra facultad de aguante una virtud estoica, estamos mintiéndonos al negarnos que lo realmente somos no es tal sino unos cobardes. Yo creo que una vida con miedo no merece ser vivida, por ello prefiero, al igual que José Martí “morir de pie que vivir arrodillado”, arrodillado ante una vida conformada con aguantar.

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