No puedo dormir de excitación, te sueño y te veo tan cerca que hasta siento los escalofríos que preceden a que me toques. Te acercas caminando como si no pensaras, tu gesto serio denota eso mismo, que no puedes pensar... o al menos no con la cabeza. Con tu brazo acercas mi cuerpo al tuyo y mis manos buscan tu cuello, y nos sentimos calientes y húmedos a través de la lengua. Todo va lento y retengo hasta el último instante de lo que nos pase, pues llega un punto en el que tan sólo te dejas caer y ya nada se puede parar.
Tal quimera me mantiene despierta, sudorosa y caliente... y me da igual que con uno pueda ser real y con el otro tan sólo pueda ser imaginario, mi mente está fresca y sana, casi tanto como yo misma, y me siento azotada por el aire mientras mi pelo disfruta de la ingravidez, y yo del olor del deseo.
Y claro que sí, tenías razón.
Si.
ResponderEliminarParece que lo disfrutas.
Muy bien hecho.
Saludos.
Todo trasformandose, una pulsada sigue la otra y derrepente ya no sabemos ni quienes somos, y menos si realmente estamos. un saludo
ResponderEliminarEspero que alguna vez tu sueño se haga realidad.
ResponderEliminarsi te gusta la poesía te invito a mi nuevo blog: Brisa poética
que tengas una bonito fin des semana.
saludos.
Está bien que te sientas libre de ser quien eres. El deseo combina bien con la libertad cuando no dañamos a nadie. En el mejor de los casos, acabamos cumpliendolo al pie de la letra. Bezoo <3
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