jueves, 8 de marzo de 2012

La esfera púrpura

Tengo muchos sueños que se me repiten, pero uno es especialmente escalofriante. Me gusta visitar los cementerios en mi vida real, y también suelo hacerlo en sueños, pero en mi mente los cementerios son lugares que te atrapan y te juzgan, como si hubieses fallecido. Siempre que cruzo la línea de entrada a un precioso cementerio, en mis sueños,me atrapan una especie de monjes que me juzgan como en el juicio final. Se antes de entrar que me da miedo la muerte, que no debería estar allí, y sin embargo nunca puedo evitar entrar a ver las tumbas.

Ayer iba contigo. Yo no quería entrar pero no lo dije. Sabías que me gusta entrar  a ver sin más y entraste sin preguntar, sin decir nada; y me cogiste de la mano para llevarme contigo allí dentro. Había muchísimas tumbas en un césped verde intenso. Descendimos las escaleras que seguían la verja de la entrada, y cuando mis pies tocaron el suave terciopelo esponjoso de la hierba sentí cómo el suelo se movía dentro, muy dentro de mi. Levanté la vista para llamarte, para decirte que algo no iba bien, pero tu no quisiste entender mi mirada de auxilio. Te quería, a pesar de todo, y seguí caminando, incluso un poquito más rápido, para poder alcanzarte.

Te paraste en seco y yo te alcancé por fin. Entonces, me atrajiste entera contra tu cuerpo y comenzaste a besarme con una pasión indescriptible. Me atraía tu cuerpo, pero el lugar me transmitía "malas vibraciones" y no me parecía adecuado todo aquello. Al fin abrí la boca y te supliqué que nos fuésemos de allí, que no me apetecía seguir en aquel lugar...

Tú me miraste con esa sonrisa, y el suelo se quebró en mil pedazos, me sujetaste fuerte y pude ver como aparecía un monje a lo lejos que caminaba hacia nosotros... aunque lograra apartarme de tus brazos no entendía porqué no huíamos hacia la salida. Cuando me di cuenta, ya era imposible salir, todo estaba infinitamente lejos, y nos encontrábamos en una isla de tierra batida, en la cual el suelo estaba casi vertical... tú no dejabas de sujetarme. Llegaron más personas y me agarraron, no recuerdo muy bien quienes eran, pero se que estabas tu, el monje, una mujer y un hombre muy grande.

La mujer dijo algo como que habían conseguido que me pasara al bando de las tinieblas, que sería violada por ti delante de todos y que me torturarían y me juzgarían por todo mi mal. Yo me resistía y no paraba de intentar escapar. Logré correr hasta el borde de la isla de tierra y me caí, entonces alcé la mirada hacia la entrada del camposanto... creo que pude haber visto un ángel. Le miré e intenté preguntarle porqué me estaba pasando a mi todo aquello... yo era una persona normal; sólo logré entender una cosa en su mirada antes de que me volvieran a apresar... y es que TODO tenía una razón de ser.

Yo seguía luchando con todas mis fuerzas mientras tu me agarrabas y cuando te miraba, no percibía ningún tipo de sentimiento bajo tu piel... sentí miedo, el cual se intensificó cuando la mujer dijo:
- ¡Basta! Se acabó la compasión por hoy... si no quieres hacerlo tu misma te obligaremos nosotros!!!

No se cómo logró activar aquella cosa, ni qué sucedió... Un destello de color violeta apareció desde un punto no muy definido y en cuanto lo vi se me quedó como ardiendo impreso en la retina. Realicé un viaje indescriptible desde el exterior hasta el interior de mi, de mi cabeza... en mi mente estaba, esa pequeña esfera, la esfera púrpura. No sabía qué hacía aqueña pequeña bola en mi cabeza... hasta que desapareció, y lo comprendí todo... en su lugar brotó de la nada una masa rojo eléctrico y realicé de nuevo un veloz viaje hacia fuera de mi esta vez. Me encontré en el suelo llorando sangre. Ya no tenía mis ojos... ahora eran rojos. No tenía más fuerzas así que me desmayé.

Cuando desperté estaba atada con cadenas y tu me mirabas... también tenías los ojos rojos. Me sentía como si me hubiesen extirpado la bondad del cuerpo... todo sentimiento bueno en mi había desaparecido. Era un pequeño demonio, inexperto, todo odio e ira, masas rojas en el cerebro y ojos sanguinolentos.

Te acercaste, me soltaste y no quise huir. Me dijiste que tenía que acostarme contigo para cumplir mis castigos... en aquel momento no pude negarme, no sentí nada, no había sensaciones, sólo placer, ni rastro de algún sentimiento.



No se cuánto tiempo viví torturada por otros demonios más poderosos, me tenían encadenada todo el día y me daban latigazos, me quemaban por partes... y a pesar de todo eso mi integridad física prevalecía. Sólo era dolor. El odio crecía dentro de mi. Sólo pensaba en ti, en lo que estaba pasando... ¿porqué me habían quitado mi esfera?.

Y entonces llegó un día en el que ya no me torturaban. Podía hacer más o menos lo que quisiera, siempre que no supusiera rebelarme contra otro... y el tiempo que pasaba contigo iba creciendo... demasiado sexo hasta para mi. Supongo que pasó de ser un castigo a algo nuestro...

Un día me agarraron entre muchos y se disponían a torturarme... No se porqué, miré hacia ti... y tu también me mirabas. Tampoco se porqué te enfrentaste a ellos... pero me dejaron en paz. ¿El amor lo aguanta todo? ¿podría estar creciendo dentro de nosotros otra esfera púrpura?.

Seguimos sobreviviendo y yo cada vez me integraba más en esa comunidad demoníaca. Las dimensiones del espacio y del tiempo no estaban muy claras en mi mente... pero tampoco me importaba. Podría estar muerta y ni siquiera lo sabía... ¿y qué era de ti? ¿también estabas muerto? ¿cómo y por qué habías venido a por mi?.

Llego un punto en el que creí que te quería... o algo parecido. Creo que tu pensbas lo mismo que yo, pero no hacía falta hablar... a veces con sexo se puede decir todo... Un día me lo dijiste, que tenías que hacer algo bajo las órdenes de aquella mujer... el plan era que yo fuese contigo, y que me harías libre. Supongo que era lo justo... quien te quiere te da la libertad, no te la arrebata. Será que hay cosas más fuertes que ser malo... hasta las peores personas hacen cosas buenas.

Me escondí en los bajos del coche y mi pelo rozaba el suelo al irnos. Cuando pude subirme a tu lado te besé de nuevo. Y allí estábamos, recorriendo el desierto en un coche, levantando el polvo por donde pasábamos a toda velocidad. Recorrimos el camino en silencio, no se a dónde, yo confiaba en ti...

Pude ver el final de la isla de tierra, y la puerta de aquel lejano cementerio. Nos bajamos del coche y nos dimos la mano... caminamos juntos hasta la escalera destruida y pude ver aquel ángel. Antes de reaccionar nos envolvió una luz y nos encontrábamos fuera del cementerio. En ese preciso instante volví a ver a aquel ángel... fue cuando descubrí la razón de todo aquello, fue como un suspiro, como un susurro... "todo fue por el, fue para salvarle a el, no para condenarte a ti"... y recuperamos nuestra esfera púrpura, porque tan solamente una persona que de verdad te ama, te puede salvar.

2 comentarios:

  1. "Llego un punto en el que creí que te quería... o algo parecido. Creo que tu pensbas lo mismo que yo, pero no hacía falta hablar... a veces con sexo se puede decir todo... Un día me lo dijiste, que tenías que hacer algo bajo las órdenes de aquella mujer... el plan era que yo fuese contigo, y que me harías libre. Supongo que era lo justo... quien te quiere te da la libertad, no te la arrebata. Será que hay cosas más fuertes que ser malo... hasta las peores personas hacen cosas buenas."

    Increíble ese párrafo. Me lo he leído unas cuantas veces seguidas, antes de seguir, de lo que me ha gustado :).

    Hay veces en las que la salvación no depende del amor que profesas hacia una persona, sino de su amor propio... hay que poner en una balanza tu esfera púrpura y la tortura que has de pasar hasta conseguirla, y estudiar con cuidado cual pesa más.

    Eso, por supuesto, si tienes la suficiente frialdad para evaluar a tu propio amor de forma objetiva xDDD

    Un besote!! ^^

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    1. Amén hermano... ojalá fuésemos objetivos en estos terrenos... personalmente soy de las que se obceca y lucha hasta el final, sin valorar mucho las posibilidades de perder y suelo empeñar mi amor propio por un ideal bastante a la ligera... soy toda una apostadora por las causas imposibles!!!

      Pero soy así... intento ponerme límites... pero a veces es realmente difícil.

      Para cuánto da un sueño ¿eh? ;)
      muakk :*

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